lunes, 28 de febrero de 2011

El quinto poder

Hace una semana fue noticia en los medios de comunicación de Colombia, la investigación que adelanta la fiscalía de ese país por las presuntas falsas desmovilizaciones que se habrían llevado a cabo dentro del marco jurídico de la ley de Justicia y Paz, durante el gobierno del ahora ex-presidente Alvaro Uribe Vélez.

Según dieron a conocer El Tiempo, El Espectador y la FM, varios hombres entre, los que se encontrarían algunos sindicados por narcotráfico, fueron reclutados para hacerse pasar por guerrilleros de las FARC y posteriormente recibir las ayudas y los privilegios a los que tendrían derecho como reinsertados. Al parecer, el ex-comisionado de paz Luis Carlos Restrepo estaba al tanto de tal situación, razón por la que también se adelanta investigación en su contra.

Foto El Espectador

En definitiva otro grave episodio que salpica al gobierno de Uribe, sumándose a la lista negra de la que ya hacen parte la Yidispolítica, las chuzadass del DAS, Agro Ingreso Seguro y por supuesto los renombrados Falsos Positivos.

Lo que sorprende de la noticia en cuestión, teniendo en cuenta la relevancia de los hechos, es la manera en que fue difundida y desarrollada durante las horas posteriores a su publicación,. tan repentina y volátil como las imágenes del OVNI que algunas cámaras aficionadas captaron en cielos de Jerusalén el mes pasado. Más sorprendente aún es la manera en que la opinión pública del país reaccionó al conocerla.

En ambos casos, la situación tuvo más tinte de anécdota que de primicia o escándalo. 

Por supuesto que los foristas sectarios tuvieron tema para pasar el día, batallando en la red desde las dos únicas lineas de pensamiento permitidas; o se es uribista o se es mamerto (término peyorativo para calificar al individuo con un pensamiento de izquierdas). Pero las argumentaciones expuestas rápidamente se desviaron del trasfondo y se convirtieron en señalamientos entre los mismos, con lenguaje soez y ramplón.

Impresentable como inconcebible la respuesta de la opinión pública en este nuevo hecho que atenta contra los principios de un estado social de derecho y pone en tela de juicio la legitimidad de los tres grandes poderes en Colombia. Vale la pena preguntarse y analizar si el comportamiento de la masa, visible a través de los medios, es fiel reflejo de la parsimoniosa y anestesiada sociedad colombiana, la cual es incapaz de reaccionar ante los golpes morales propinados por sus dirigentes, insensible a temas espinosos, cruentos, violentos, vergonzosos, consecuencia del estado vegetativo en que se encuentra tras los innumerables traumas vividos a lo largo de su historia.

El periodismo en Colombia como cuarto poder se queda corto, no alcanza a tener control propio, hay asuntos que ya no domina, por inoperancia de los directores de medios o por la venta de sus conciencias. La información tras el ejercicio profesional periodístico se pierde entre la superficialidad y la inmediatez pues no existe el espacio en tiempo que permita asimilar al espectador lo que está a su alcance; es un desborde en la capacidad de dominio de los hechos. 

El día a día se registra como una página de sociales: farándula, espectáculos y obituarios. Lo de hoy mañana es olvido.


Mientras el quinto poder es ya una realidad en el mundo (el poder de las redes sociales), muestra de ello vista en la reestructuración del mundo árabe a partir de las movilizaciones sociales, países como Colombia o Italia, entre otros que no hace falta citar, aguantan el chaparrón que atonta y adormece  el brío individual ligado a la conciencia y  quebranta los lazos de la cohesión social, resultado del desmoronamiento de los 4 primeros y tradicionales poderes.



El quinto poder esta cimentado en la posesión de herramientas tan útiles como peligrosas. De momento las sociedades que se han apropiado de este han dado buena cuenta del ostento, desmontando la opresión sobre sus vidas al no tener capacidad de manejo sobre los poderes democráticos.

Otras sociedades en cambio tienen las mismas herramientas pero aún no han leído el instructivo que les llevará a construir su aparato de cambio.


Ver:


http://www.elespectador.com/noticias/politica/articulo-252757-denuncian-falsos-desmovilizados-accedieron-beneficios-del-gobier
http://www.eltiempo.com/justicia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-8915447.html

jueves, 24 de febrero de 2011

El efecto boomerang

No es una afirmación falsa el plantear que este mundo concebía o entendía que la aproximación al ordenamiento global  se realizaría solo a través del cumplimiento de mandatos y normas dictadas en occidente, utilizadas como instructivo funcional y a tener en cuenta por cada individuo en su desarrollo personal dentro del juego de las sociedades.

El "super-yo" del modelo psíquico estructural de Freud nos demuestra que nuestros impulsos se guían por el modelo parental que la sociedad occidental nos ha marcado. Porque fue occidente quien construyó los códigos conductibles del aparato social sobre unos lineamientos morales y éticos estrechamente ligados al nacimiento del hombre y el desarrollo de la razón.


Aquel orden mundial funcionó mientras la interrelación fue llevada entre individuos de semejantes características físicas e ideológicas, significativamente raciales, con una base estructural de desarrollo colectivo identitaria, además del sello registrado de territorio, nación o estado; la clave estaba en la consolidación de un sistema que, ante la mínima muestra de la diferencia, reaccionaría de manera excluyente, señalando, tipificando, juzgando, sometiendo, aniquilando.

Negamos la existencia del otro, del que es diferente a nosotros, del que no piensa como hemos de pensar. En este último caso ya el individuo se apropia de la misma herramienta sistemática de comportamiento social, haciendo que su alter ego le estimule creer que las otras condiciones existentes no son producto natural, particularmente de su realidad. Prueba de ello es que nos creemos con derecho propio de señalar a otro por su apariencia física, su color de piel, su lengua, su credo, su procedencia, su sexo.

Es sabido que las colonias imperialistas arrasaron todo cuanto encontraron a su paso, masacraron hombres y mujeres del nuevo mundo, creencias, lenguas e impusieron las suyas, nada que no se sepa, se implementó un sistema cambiario a partir de la propiedad privada, y a hoy, es inaceptable que otra tesis respecto al manejo económico de los pueblos sea tenida en cuenta, por más que la historia ya haya demostrado con esta crisis y su estela (seguro perdurará un tiempo más), que su obstinada razón los llevó al fracaso.

Lo paradójico del colonialismo está en el comportamiento actual de las sociedades. En su momento álgido de expansión sembraron en esos nuevos hombres, producto del mestizaje barbárico, una irrebatible ordenanza civil desde las ya antiguas y tradicionales organizaciones sociales eclesiásticas, ahora sus descendientes se enfrentan en lo que sería la conquista del individuo, entre el poder salvador que tiene el dogma y la reafirmación antropocéntrica que deslegitima toda teoría doctrinal del pasado. 


Occidente desconoce hoy la tipografía legal con la que sellaron tratados y constituciones. Temerosa de que ese flujo incesante de inmigrantes desde hace unas décadas, originarios de todas las latitudes, hijos de las colonias, como desterrados, se convierta en grifo abierto de usurpadores de territorio, omite todo concepto de legalidad en derecho humano.

Las hegemonías tiemblan por el peso de sus propias leyes, instauradas en el tiempo para luego ser trasgresor de las mismas, mientras, los individuos no nos queda otra que atrincherarnos en nuestra verdad absoluta. 

lunes, 21 de febrero de 2011

Se abre la miscelánea

Este blog titulado la miscelánea es precisamente lo que su nombre denota, es una reunión de objetos diversos, una mixtura, un reboltillo en términos gastronómicos, no es otra cosa que un surtido de temas varios, seguramente los mismos que durante el curso de la vida han despertado mi interés y en los que particularmente me he adentrado.

La miscelánea abre sus puertas a público a partir de este día, con el ánimo dispuesto en que quienes la visiten, entren, miren, escojan y lo que les guste se animen a llevarlo.

Sean todos ustedes bienvenidos.